martes, 19 de noviembre de 2013

Miedo

Una moneda se ha lanzado al aire, dando vueltas en un cielo de tormenta. Vemos a Violeta avanzar por el andén de un tren. No hay nadie en la estación, es un lugar con una decoración clásica, con columnas de mármol y unas ventanas que dan a un exterior tormentoso. Una voz suena a su espalda.
- ¿Qué haces aquí?
Se gira y ve a un hombre, aunque más bien parece una sombra. Viste todo de negro, con una cara blanca que contrasta con su ropa y muy alto, inmenso.
- No se cómo he llegado hasta aquí - dice ella.
El hombre se acerca y deja ver unos ojos grises y profundos. Unos ojos en los que puedes sumergirte y perderte, un abismo hacia la nada.
La chica permanece quieta ante la presencia de aquel hombre, no se parece a nadie que haya visto antes, da escalofríos. Él la coge de la mano y Violeta empezó a sentir mucho frío. Y un dolor punzante. Baja la cabeza y ve un corte en su muñeca.
- Ahora lo recuerdo, intenté suicidarme, pero yo no quería. -Una lágrima resbaló de su mejilla- No quería llegar a esto, sólo quería escapar, pero ahora tengo miedo. Quiero ir a casa, ¡déjame volver!
- No puedo, te estás hundiendo demasiado rápido para salvarte.
- Por favor...
Se oye un pitido, el tren se acerca. Antes de que llegue, el hombre empuja a Violeta y cae a la vía.
- Has llegado demasiado pronto Violeta, así que te daré una oportunidad. Podrás tener una nueva vida, aunque te advierto que cuando lo pierdas todo volveré a verte. Los años en vida no son nada en comparación con los años que pasarás conmigo, te lo aseguro.
El tren está cada vez más cerca y ya sólo se ve una luz cegadora. El tren la atropella y de su cuerpo brotan mariposas que vuelan en todas direcciones buscando la luz.

JUAN ALMENA


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