jueves, 28 de noviembre de 2013

Esperando en los sueños

El humo envolvía el lugar, creando una niebla grisacea que apenas permitía ver.

Chen se sentía como si estuviera enredada entre espinas, cuanto más se movía, más dolía. Tenía tantas heridas que de sus ojos brotaban lágrimas de sangre. El dolor punzante recorría su cuerpo y acababa en el pozo de tristeza que guardaba, escondido, en su corazón.
A lo lejos le pareció ver a un hombre, entre las sombras. Se movía hacia ella y extendía su mano intentando alcanzarla.

Esta horrible visión la despertó de su descanso, su corazón le latía a mil por hora. Sin embargo, cuando giró la cabeza vio que el hombre de sus sueños estaba allí, a su lado, mirándola con un rostro tranquilo pero muy inquietante. La chica quedó paralizada por el miedo.

Cuando por fin pudo reaccionar, Chen salió corriendo de la habitación, atravesó corriendo el pasillo del hotel y se metió en el ascensor. Pulsó todos los botones, quería escapar de ese oscuro lugar, esa pesadilla onírica que la atormentaba. Pero el ascensor no se movía, ¡ni siquiera se cerraba la puerta!

Chen empezó a pensar que aquello era imposible, ¿de qué estaba huyendo?, lo más probable es que todo fuera un malentendido, un producto de su imaginación, y este ascensor averiado no le conducirá a ninguna parte.
La única salida era regresar a su cuarto, calmarse, y ver que todo era un malentendido. Asi que avanzó con pasos decididos hacia la oscuridad.

Cuando ella se fue, el ascensor se puso en marcha y abandonó esa planta. Dejando así que Chen avanzara, sin ser consciente de que ese hombre seguía en la habitación, sentado y sonriendo ante la idea de que ella vendría hasta él. Ese ser estaba tan feliz porque la chica no podría evitar que sus caminos se cruzasen de nuevo. Simplemente jugaba con su presa hasta que se diera por vencida.

La grabación de las cámaras del ascensor, que son el único testimonio del macabro suceso, sería la última imagen de ella con vida.

Juan Almena
Inspirado en el suceso de Elisa Lam




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