Todo empezó en noviembre, la luna estaba llena y el cielo estaba rebosante de estrellas como pequeños ojos brillantes. Empezó a llover y me refugie en una tienda. En esa tienda había algo especial, una FLOR DE LOTO, un ángel bajado del cielo. Me recibió una sonrisa tan cálida que apartaba todas las sombras y acertaba directamente en mi corazón.
Sus manos coincidieron con las mías y se escucho un trueno en mi interior. Lo que siempre he buscado, sin saberlo, LO TENÍA DELANTE DE MIS OJOS.
Ensimismado, pensando en el sabor de sus labios, me dio su teléfono, y mi vida se lleno de color.
Pero cuando quise llamar, sólo el silencio me contesto. Fui en su busca y la vida hincó un cuchillo afilado en mi corazón. Su tienda, la razón de su vida, se incendio. CENIZAS. Pero no renacerá como el ave fénix. Su cuerpo quedara en esas calles, ya que con el viento se extendieron las cenizas, y cuando pasee por esas calles una mano cogerá mi mano, unos ojos me buscaran, y una voz gritará mi nombre en el viento.
JUAN ALMENA
No hay comentarios:
Publicar un comentario