Malvado semblante,
Mirada distante,
Tras la ventana espectante,
Al perdón de su amante.
El viento acaricia unas cortinas viejas y rajadas mientras a lo lejos ruge de forma feroz.
Unas manos blancas las apartan. Una mirada melancólica aparece, de alguien sumido en tinieblas, que a pesar de estar cansado, su sueño no acaba nunca.
Es un recuerdo con patas, un comienzo sin fin, pero sobre todo un alma inquieta.
Echa de menos a su amor, y ella está esperándole en el otro lado. Pero él no se da cuenta, y permanece allí, triste, hasta que venga a buscarle el olvido.
Un rayo de luna acaricia su rostro, pero cuando mira descubre que no es la luna, es una luz que lo absorve, y siente paz, el descanso eterno con su amor, para siempre.
Juan Almena.
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